Muscle car americano clásico, completamente restaurado y con un motor ultrapotenciado que se puede definir como obra de arte. Esos son los ingredientes básicos de este Chevrolet Camaro Twin Turbo ´69 de Nelson Racing Engines, toda una fórmula de éxito que además tiene un atractivo y un carisma innegable, con una impactante estética. No sólo eso, sino que además asombra comprobar que su mecánica cuenta con nada menos que 2.000 CV en su vano motor, gracias a modificaciones que hacen que podamos hablar prácticamente de un motor totalmente nuevo.
Para empezar, su motor parte del Chevrolet Big-Block V8, en este caso del bloque 572 (cuya cifra nos indica la cilindrada en pulgadas cúbicas, 9.4 litros de cubicaje en el sistema métrico). Todo un clásico OEM comercializado por General Motors y usado en muchas preparaciones, a causa de su gran cilindrada y posibilidades de potenciación. Nelson Racing Engines se basa en este bloque para su Billet Blackout Series Twin Turbo Intercooled, que incluye un exhaustivo trabajo de preparación haciendo que esa impresionante cifra de 2.000 CV se haga realidad.
NRE adopta un sistema llamado “Octane On Demand”, que gracias al uso de dos inyectores por cilindro puede hacer uso de este segundo inyector cuando se usa combustible de 91 octanos o superior y se quiere extraer toda su potencia. El escape es también propio y realizado en acero inoxidable, mientras que para la refrigeración se recurre a radiadores de aluminio y a dos grandes ventiladores.
Y para poder transmitir toda esta potencia a las ruedas traseras, cuenta con un generoso embrague reforzado de doble disco y 10,5 pulgadas, así como una caja de cambios de seis velocidades procedente del Viper y también modificada. Seguro que no habrá carrera de aceleración que se le resista a este Camaro tan particular. Para la suspensión, NRE recurre a Koni, montando coilovers totalmente ajustables, mientras que sus neumáticos apuestan por una generosa medida para garantizar la tracción, con 345/35 R18 en su tren trasero.
Por lo demás, su exterior apenas da muestra del potencial que esconde, por lo que parece un verdadero lobo con piel de cordero, aunque eso sí, con un aspecto absolutamente precioso y muy próximo al clásico original. Por último, su interior también es otro ejemplo de buen gusto, con su instrumentación o sus asientos tapizados en cuero negro. Y para no echar nada en falta, hasta tiene aire acondicionado o un equipo de sonido de 1000 W. ¿La máquina de drag definitiva? Simplemente escuchad su sonido en el siguiente vídeo: sin palabras…
